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Analizamos en profundidad la técnica del fuera de juego del equipo de Flick, que le ha llevado a desquiciar a los rivales y ayudado a ser líder de LaLiga
Con el primer tercio de LaLiga cumplido se pueden sacar las primeras conclusiones con un cierto respaldo. Una de ellas es que el Barcelona es el líder con todas las de la ley. Ha sido el que mejor ha jugado, el que más goles ha hecho y el que más victorias ha logrado.
Sin embargo, hay un aspecto por el que ha destacado y, sobre todo, sorprendido a todos: su capacidad para tirar el fuera de juego. Basado en una altísima línea defensiva y en un bloque compacto, Flick ha conseguido crear una ‘trampa’ perfecta.
Ningún equipo de las cinco grandes ligas ha provocado más fueras de juego que el equipo del alemán. Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, lo que llama más la atención es la distancia con el segundo. Son, exactamente, el doble de fueras de juego que el Parma.
Fueras de juego en las cinco grandes ligas
Nadie ha provocado más fueras de juego que el Barcelona
Es verdad que LaLiga es la competición que más jornadas lleva disputadas, pero aun así, estandarizando los datos por cada 90 minutos de juego, el Barça sigue muy por delante. Provoca 6,62 y el Parma 3,58, una distancia considerable.
Es verdad que parte del trabajo defensivo para tirar el fuera de juego parte de su estilo basado en una presión alta, que los colocan en el top 10 de equipos de las cinco grandes ligas que realizan más porcentaje de acciones defensivas altas y más recuperaciones a menos de 40 metros del área rival.
Sin embargo, esta táctica conlleva más cosas que hay que trabajar muy bien para que sea tan efectiva porque el riesgo es muy alto. Todos los jugadores, especialmente los defensas y los centrocampistas, tienen que estar muy implicados.
Por un lado, la línea defensiva debe ser muy alta, a ser posible, siempre en torno a la línea del centro del campo. No hay nadie de LaLiga que tenga una distancia media defensiva más alta que los 65,3 metros del Barcelona y en Europa solamente el Manchester City. Esto ayuda mucho a que no reciba demasiados remates en contra (105, sólo Getafe y Athletic han recibido menos).
Los centrales empujan hacia arriba marcando la altura, con los laterales siguiéndolos. La idea es hacer retroceder a los delanteros y alejarlos de su portería y, al mismo tiempo, dejarlos sin la perspectiva de saber si están o no en posición correcta al iniciar la carrera.
Otro aspecto importante es juntar mucho las líneas, sobre todo entre la defensa y la medular. Con ello evitan el pase entre ambas líneas, forzando al poseedor del balón a buscar el pase directamente al compañero más adelantado. En la siguiente imagen del partido contra Osasuna se observa cómo los tres del medio del campo se juntan entre sí y con los defensas para cortar cualquier conexión interlineal.
Aquel día el Barça perdió con merecimiento, pero dejó buenas muestras de que su ‘trampa’ estaba bien engrasada, como demostró semanas más tarde contra el Real Madrid. En este caso, es un jugador del medio del campo el que se basta para cortar cualquier pase entre líneas mientras otros tres presionan, lo que obliga al que tiene el balón a buscar el pase en profundidad a la carrera de Vinicius. Para entonces, la línea defensiva está preparada.
La técnica tiene sus riesgos y, uno de ellos, es saber frenarse a tiempo. Este aspecto tiene que estar muy trabajado. Los defensores tienen que mantenerse firmes y saber plantarse para dejar en fuera de juego al oponente. En la siguiente acción se ve un buen ejemplo. Aunque Mbappé ya está ligeramente adelantado porque la defensa azulgrana apura hasta el mismo centro del campo, Cubarsí no pierde de vista al francés.
Antes de que reciba Bellingham, Cubarsí se mantiene cerca de Mbappé. Abajo, Koundé sigue en campo rival, intuyendo que su compañero es el que va a marcar el fuera de juego.
Y llega el momento clave. Obsérvese el escorzo que hace Cubarsí para frenarse y ganar unos centímetros al fuera de juego justo cuando Bellingham mande el pase.
Como decimos, Mbappé partía ya de posición ilegal, pero es un buen ejemplo de cómo de automatizado tienen los azulgranas cuándo frenarse.
Ante esto, al rival no le queda en ocasiones más remedio que no tirar el pase y tratar de penetrar con conducciones de balón. Para eso también está preparado este Barcelona. Ha perfeccionado la técnica de cómo retroceder ante dichas conducciones.
Sobre todo lo llevan a cabo en situaciones donde pueden estar más desorganizados. Los jugadores más retrasados aplican bien todo lo relacionado con el fuera de juego para forzar al poseedor del balón a no hacer el pase, mientras el resto repliega.
Hay equipos de LaLiga que lo hacen con más frecuencia, como el Leganés (9,64 veces cada 90 minutos) o Las Palmas (9,18), pero el hecho de que el Barcelona lo haga 8 veces teniendo que defender muchas menos situaciones (debido a su alta posesión de balón), indica que es otro aspecto que tienen muy trabajado.
Ante el Alavés se pudo ver todo esto de lo que hablamos en esta jugada. El conjunto vitoriano se hace con un balón largo que pilla descolocado al Barça. Rápidamente, los defensas azulgranas se activan. Por un lado, Iñigo Martínez ya va mirando al delantero que hay caído a la banda a la espalda de Balde, en vez de fijar su mirada en el esférico.
Poco después, se frena, dejando en posición ilegal a su rival, que tiene que empezar a recular. Esto evita el pase de su compañero, al que no le queda más remedio que avanzar con el balón.
Para cuando quiere hacer el pase, la línea defensiva ya se ha organizado, junto con otros dos compañeros del centro del campo.
El Barça ha creado un arte de esta técnica que va más allá del fuera de juego. Tanto, que es el tercer equipo de LaLiga que más veces consigue neutralizar los ataques del rival a los desequilibrios que tratan de hacerles a la espalda de la línea defensiva. Sólo lo superan el Girona y el Betis.
A grandes rasgos, el Barcelona defiende muy bien. Si lo comparamos con el Atlético, el equipo menos goleado de LaLiga, sale bastante bien parado.
La técnica que usa el Barcelona para los fueras de juego es muy arriesgada. Le lleva a estar en el alambre casi todo el tiempo que defiende. "Es parte del juego, así es cómo jugamos. No cambiaremos nuestra manera de jugar", ha explicado Flick en alguna ocasión.
Bien aplicada, como están demostrando, es una garantía de éxito en un alto porcentaje. Todo está medido. Incluso, el apoyo del VAR, una herramienta sin la que, probablemente, los colegiados se habrían ‘comido’ algunos de sus fueras de juego que luego se tradujeron en goles. Hay que recordar que se les han anulado 11 goles (13 contando la Champions).
Todos los equipos están sobre aviso. Ahora queda por ver quién es el primero que es capaz de no caer en la ‘trampa’.